Esa noche recordé una historia que me contaba mi tía de pequeña, ella era la que siempre me cuidaba, yo casi nunca veo a mi familia y hasta el momento no sé porqué. Bueno, la historia era sobre un rey. El rey estaba sumamente preocupado porque su pueblo estaba siendo consumido por una maldición que le había hecho la tribu Kuyi ya que le tenían envidia a la paz que abundaba ahí. De pronto nadie seguía los mandatos, las personas no se respetaban mutuamente, el amor había dejado de existir y las personas de corazón puro iban desapareciendo poco a poco. Al no tener idea de que hacer el rey mandó a buscar a consejero real quien le dijo que atravesara el reino hasta llegar al pozo de agua cristalina y que pidiera que la maldición se fuera, este deseo solamente lo podía pedir una persona totalmente pura de corazón y el rey era el indicado para eso.
Así pues partió el rey viejo y cansado al pozo del agua cristalina, al llegar se sentía débil y cansado, supo que no aguantaría mucho más entonces tomó del agua el pozo y rápidamente pidió su deseo, este fue que vinieran al mundo personas de corazón puro y noble que serían las indicadas para vencer la maldición que había caído sobre su reino, y que estas personas fueran como una nueva raza de humanos, con poderes como poder sanar, hacer mover las montañas, leer los pensamientos e incluso sentir presencias. El rey llamó a estos seres “cristalinos” por el agua del pozo. Pidió el rey el deseo y murió al instante, su corazón no aguanto el viaje. Al día siguiente comenzaron a aparecer los cristalinos en el reino, llevando luz a aquel lugar que estaba lleno de odio y no tenía ningún consuelo.
Soñé con esa historia y me pregunté si tal vez era real, si tal vez yo era una “cristalina” y por eso tenía estos dones. Tenía miles de dudas, la historia que me contó mi tía había sucedido hace cientos de años, el reino ya se había salvado, entonces ¿Por qué todavía existen cristalinos aún? Y entonces ¿también existen Kuyis? Tenía demasiadas preguntas en mi cabeza, iban surgiendo una tras de otra.
Me desperté a mitad del sueño, eran como las 2 de la mañana pero no podía esperar para contarle a Allyson, lo más probable es que si espero se me va a olvidar y hay varias similitudes con nosotras, bien es cierto que recién habíamos descubierto nuestros dones, pero ya desde pequeña yo podía sentir las presencias y campos de las personas y estoy segura que el de Allyson es distinto a cualquiera que había sentido antes. En ese lugar había algo raro, nuestros dones se comenzaron a activar desde que llegamos ahí. Además era muy evidente que Madame Rosaline estaba muy enfocada en mí, me había enviado a la oficina de la directora por un crimen menor, algo tienen conmigo porque a casi nadie se le permite ver a Madame Johanne.
Decidimos que vamos a resolver este misterio, creo q mis sueños me están diciendo algo y estoy segura de que ese “algo” nos va a cambiar la vida. Para aclararnos un poco las ideas decidimos hablar con Jack, quien sabía bastante sobre estas cosas raras que pasan.
- Cuéntame sobre tu sueño –
- La verdad no me acuerdo mucho, era sobre una historia que me contaban de pequeña –
- Yo no sé si a ti se te olvidan los sueños porque te pusieron algún hechizo para que se te olviden o porque tú de naturaleza eres “así de especial” –
Le saqué la lengua a Jack como si tuviera cinco años de edad, no se me ocurrió nada inteligente que responderle así que encontré que sacarle la lengua era la mejor respuesta con tal de no quedarme callada.
- ¡Ah pues entonces no te cuento nada! -
Allyson y Jack se reian de mi, su risa era tan contagiosa que al final yo terminé riéndome de mi misma también, me había reído tanto que tuve que levantarme a buscar un poco de agua. Al levantarme tropecé con el cable de una lámpara que estaba sobre la mesa de noche, esta cayó al suelo y por poco se incendia toda la habitación. Jack trajo el extinguidor y me lo roció todo como si fuera yo la que me estaba quemando pero bueno al final apagamos las llamas. La inspectora de cuartos Madame Channel no tardó en llegar.
- ¿Chicas que pasó? –
Allyson y yo miramos a Jack pensando cómo hacer para esconderlo de Madame Channel, pero ella igual se dio cuenta
- Uds. Saben que los chicos no pueden estar en sus dormitorios después de que se apagan las luces -
Ambas agachamos la cabeza en señal de arrepentimiento mientras la escuchábamos
- Pero tranquilas chicas, ustedes me caen bien, esto va a quedar entre nosotros, solo tengan más cuidado para la próxima –
Los tres pusimos cara de sorprendimos, personalmente yo no podía dar crédito a mis oídos. Me agrada Madame Channel, es muy diferente a cualquier maestro de la academia, creo que ella podría ser nuestra cómplice en un futuro.
Cuando se fue Madame Channel, Allyson y yo pensamos que lo mejor por ahora sería ir a buscar referencias sobre esta leyenda de los cristalinos, la biblioteca sería un buen lugar para empezar, luego iríamos a nuestras clases y trataríamos de no meternos en problemas lo cual es total y completamente imposible, pero trataremos.
Todos bajan a desayunar a las 7 así que pondré el despertador a las 5 para poder bajar y que no haya nadie. A las 5 de la mañana sonó el despertador, como lo habíamos planeado 3 horas antes, lo apagué y fui a despertar a Allyson
- Gordita, despierta –
Allyson no está gorda para nada, pero de cariño entre nosotras siempre nos hemos dicho así.
- ¿Tengo que despertarme ya? –
- Si…
- ¿Y por qué?
- Para ir a la biblioteca, como planeamos
- ¿Y tú como sabes que lo planeamos si nunca te acuerdas de nada? –
Suspiré y la jalé del brazo para que se levantara, luego logré que se fuera a bañar y todo el asunto. En poco tiempo ya estábamos en la biblioteca.
Habían varias versiones sobre la historia del rey y su deseo sin embargo todas las historias tenían algo en común, que los cristalinos habían venido al mundo con una misión especial, hacer del mundo algo mejor, claro que habían unos que no usaron sus dones como debía ser y de ahí salieron los Kuyis quienes decidieron hacer el mal. Otras fuentes decían que ninguna de estas razas existían ya y si quedaban estos seres serían escasos, unos 20 en todo el mundo o una cosa así.
Mi tía siempre me dijo que yo soy única y especial y por eso ella debía cuidarme todo el tiempo, me decía “mi zircornia” de cariño ya que esta joya es cristalina, me decía que los que eran como yo tenían una misión muy grande y que otros querrían detenerme pero no podrían, siempre le dije que no entendía y le preguntaba cuál era mi misión; ella solo dijo “habrá una señal de que tu misión se acerca, espérala y lo entenderás”. Recordé varios momentos con Allyson desde que somos pequeñas y como siempre nos han cuidado muchísimo y que en cierta forma nos complementamos, por ejemplo: ella canta, yo bailo, ella dibujo, yo escribo. Cosas así pequeñas pero significativas, siempre hemos estado juntas y ahora estamos juntas en esto, creo que esta será una misión en equipo.
Tomamos la información que teníamos y nos dirigimos a comer, nos sentamos bien cerca una de la otra para poder discutir el tema en voz baja, Jack se unió a nuestra conversación. Traté de concentrarme en los campos de las personas para ver si sentía algo diferente… algo “cristalino”… sentí algo muy grande cerca de mí y automáticamente supe que era Allyson, así que lo descarté, sin embargo quedé con la duda pero era algo muy grande para ser de una sola persona. Así mismo sentí campos negativos pero no los pude identificar, algo raro estaba pasando aquí, de eso estaba segura.
Nuestra primera clase era matemática, nos sentamos atrás. Tenía tantas cosas en mi cabeza que no podía poner atención, me puse a dibujar en los bordes del cuaderno; había estado pensando en los cristalinos pero de repente algo más ocupó mi mente: mi delirio… traté de reproducir el sueño en mi cabeza, él me había dicho que me estaría esperando y sé que es cursi y es tonto pero desde la primera vez que lo vi supe que él era para mí, es más que un sueño lo siento dentro de mí. Él me conoce tan bien y yo a él, como si desde siempre estuviéramos destinados a estar juntos, me pregunto si lo conoceré algún día realmente. Por ahora no sé ni entiendo nada, solamente que lo amo y lo espero.
No me duró mucho la estadía en mi mundo de fantasía, después de todo era la clase de matemáticas. Allyson era un genio en estas cosas pero yo apenas sabía sumar, pasé toda la lección contando los minutos que faltaban para el almuerzo. En eso Allyson me susurró:
-¿Ves a aquel muchacho de allá?-
- Si, ¿Qué con él? –
- No me digas que no te has dado cuenta -
- ¿De qué? -
- Hace como 3 horas te está mirando -
- ¿En serio? – Puse cara de amargada
- Sí, creo que le gustas -
- Me cae mal –
Ella me miró con cara de asombro y yo hacía gestos de repulsión, imaginé las caras que estaba haciendo y me dio risa, Allyson se rio también. El profesor Robert nos miró molesto
-Señoritas, ¿desean compartir algo con la clase?-
- Puede continuar, Señor- Respondió Allyson
Y así lo hizo el profesor hasta que de nuevo nuestras risas llenaron el salón, esta vez no nos llamaron la atención, de una vez nos sacaron de la clase. Ya los profesores y personal general sabían que nosotras causábamos problemas y eso que no llevábamos ni un mes ahí, pero no era intencional. Para las clases siguientes ya no podíamos sentarnos juntas.
Así pues partió el rey viejo y cansado al pozo del agua cristalina, al llegar se sentía débil y cansado, supo que no aguantaría mucho más entonces tomó del agua el pozo y rápidamente pidió su deseo, este fue que vinieran al mundo personas de corazón puro y noble que serían las indicadas para vencer la maldición que había caído sobre su reino, y que estas personas fueran como una nueva raza de humanos, con poderes como poder sanar, hacer mover las montañas, leer los pensamientos e incluso sentir presencias. El rey llamó a estos seres “cristalinos” por el agua del pozo. Pidió el rey el deseo y murió al instante, su corazón no aguanto el viaje. Al día siguiente comenzaron a aparecer los cristalinos en el reino, llevando luz a aquel lugar que estaba lleno de odio y no tenía ningún consuelo.
Soñé con esa historia y me pregunté si tal vez era real, si tal vez yo era una “cristalina” y por eso tenía estos dones. Tenía miles de dudas, la historia que me contó mi tía había sucedido hace cientos de años, el reino ya se había salvado, entonces ¿Por qué todavía existen cristalinos aún? Y entonces ¿también existen Kuyis? Tenía demasiadas preguntas en mi cabeza, iban surgiendo una tras de otra.
Me desperté a mitad del sueño, eran como las 2 de la mañana pero no podía esperar para contarle a Allyson, lo más probable es que si espero se me va a olvidar y hay varias similitudes con nosotras, bien es cierto que recién habíamos descubierto nuestros dones, pero ya desde pequeña yo podía sentir las presencias y campos de las personas y estoy segura que el de Allyson es distinto a cualquiera que había sentido antes. En ese lugar había algo raro, nuestros dones se comenzaron a activar desde que llegamos ahí. Además era muy evidente que Madame Rosaline estaba muy enfocada en mí, me había enviado a la oficina de la directora por un crimen menor, algo tienen conmigo porque a casi nadie se le permite ver a Madame Johanne.
Decidimos que vamos a resolver este misterio, creo q mis sueños me están diciendo algo y estoy segura de que ese “algo” nos va a cambiar la vida. Para aclararnos un poco las ideas decidimos hablar con Jack, quien sabía bastante sobre estas cosas raras que pasan.
- Cuéntame sobre tu sueño –
- La verdad no me acuerdo mucho, era sobre una historia que me contaban de pequeña –
- Yo no sé si a ti se te olvidan los sueños porque te pusieron algún hechizo para que se te olviden o porque tú de naturaleza eres “así de especial” –
Le saqué la lengua a Jack como si tuviera cinco años de edad, no se me ocurrió nada inteligente que responderle así que encontré que sacarle la lengua era la mejor respuesta con tal de no quedarme callada.
- ¡Ah pues entonces no te cuento nada! -
Allyson y Jack se reian de mi, su risa era tan contagiosa que al final yo terminé riéndome de mi misma también, me había reído tanto que tuve que levantarme a buscar un poco de agua. Al levantarme tropecé con el cable de una lámpara que estaba sobre la mesa de noche, esta cayó al suelo y por poco se incendia toda la habitación. Jack trajo el extinguidor y me lo roció todo como si fuera yo la que me estaba quemando pero bueno al final apagamos las llamas. La inspectora de cuartos Madame Channel no tardó en llegar.
- ¿Chicas que pasó? –
Allyson y yo miramos a Jack pensando cómo hacer para esconderlo de Madame Channel, pero ella igual se dio cuenta
- Uds. Saben que los chicos no pueden estar en sus dormitorios después de que se apagan las luces -
Ambas agachamos la cabeza en señal de arrepentimiento mientras la escuchábamos
- Pero tranquilas chicas, ustedes me caen bien, esto va a quedar entre nosotros, solo tengan más cuidado para la próxima –
Los tres pusimos cara de sorprendimos, personalmente yo no podía dar crédito a mis oídos. Me agrada Madame Channel, es muy diferente a cualquier maestro de la academia, creo que ella podría ser nuestra cómplice en un futuro.
Cuando se fue Madame Channel, Allyson y yo pensamos que lo mejor por ahora sería ir a buscar referencias sobre esta leyenda de los cristalinos, la biblioteca sería un buen lugar para empezar, luego iríamos a nuestras clases y trataríamos de no meternos en problemas lo cual es total y completamente imposible, pero trataremos.
Todos bajan a desayunar a las 7 así que pondré el despertador a las 5 para poder bajar y que no haya nadie. A las 5 de la mañana sonó el despertador, como lo habíamos planeado 3 horas antes, lo apagué y fui a despertar a Allyson
- Gordita, despierta –
Allyson no está gorda para nada, pero de cariño entre nosotras siempre nos hemos dicho así.
- ¿Tengo que despertarme ya? –
- Si…
- ¿Y por qué?
- Para ir a la biblioteca, como planeamos
- ¿Y tú como sabes que lo planeamos si nunca te acuerdas de nada? –
Suspiré y la jalé del brazo para que se levantara, luego logré que se fuera a bañar y todo el asunto. En poco tiempo ya estábamos en la biblioteca.
Habían varias versiones sobre la historia del rey y su deseo sin embargo todas las historias tenían algo en común, que los cristalinos habían venido al mundo con una misión especial, hacer del mundo algo mejor, claro que habían unos que no usaron sus dones como debía ser y de ahí salieron los Kuyis quienes decidieron hacer el mal. Otras fuentes decían que ninguna de estas razas existían ya y si quedaban estos seres serían escasos, unos 20 en todo el mundo o una cosa así.
Mi tía siempre me dijo que yo soy única y especial y por eso ella debía cuidarme todo el tiempo, me decía “mi zircornia” de cariño ya que esta joya es cristalina, me decía que los que eran como yo tenían una misión muy grande y que otros querrían detenerme pero no podrían, siempre le dije que no entendía y le preguntaba cuál era mi misión; ella solo dijo “habrá una señal de que tu misión se acerca, espérala y lo entenderás”. Recordé varios momentos con Allyson desde que somos pequeñas y como siempre nos han cuidado muchísimo y que en cierta forma nos complementamos, por ejemplo: ella canta, yo bailo, ella dibujo, yo escribo. Cosas así pequeñas pero significativas, siempre hemos estado juntas y ahora estamos juntas en esto, creo que esta será una misión en equipo.
Tomamos la información que teníamos y nos dirigimos a comer, nos sentamos bien cerca una de la otra para poder discutir el tema en voz baja, Jack se unió a nuestra conversación. Traté de concentrarme en los campos de las personas para ver si sentía algo diferente… algo “cristalino”… sentí algo muy grande cerca de mí y automáticamente supe que era Allyson, así que lo descarté, sin embargo quedé con la duda pero era algo muy grande para ser de una sola persona. Así mismo sentí campos negativos pero no los pude identificar, algo raro estaba pasando aquí, de eso estaba segura.
Nuestra primera clase era matemática, nos sentamos atrás. Tenía tantas cosas en mi cabeza que no podía poner atención, me puse a dibujar en los bordes del cuaderno; había estado pensando en los cristalinos pero de repente algo más ocupó mi mente: mi delirio… traté de reproducir el sueño en mi cabeza, él me había dicho que me estaría esperando y sé que es cursi y es tonto pero desde la primera vez que lo vi supe que él era para mí, es más que un sueño lo siento dentro de mí. Él me conoce tan bien y yo a él, como si desde siempre estuviéramos destinados a estar juntos, me pregunto si lo conoceré algún día realmente. Por ahora no sé ni entiendo nada, solamente que lo amo y lo espero.
No me duró mucho la estadía en mi mundo de fantasía, después de todo era la clase de matemáticas. Allyson era un genio en estas cosas pero yo apenas sabía sumar, pasé toda la lección contando los minutos que faltaban para el almuerzo. En eso Allyson me susurró:
-¿Ves a aquel muchacho de allá?-
- Si, ¿Qué con él? –
- No me digas que no te has dado cuenta -
- ¿De qué? -
- Hace como 3 horas te está mirando -
- ¿En serio? – Puse cara de amargada
- Sí, creo que le gustas -
- Me cae mal –
Ella me miró con cara de asombro y yo hacía gestos de repulsión, imaginé las caras que estaba haciendo y me dio risa, Allyson se rio también. El profesor Robert nos miró molesto
-Señoritas, ¿desean compartir algo con la clase?-
- Puede continuar, Señor- Respondió Allyson
Y así lo hizo el profesor hasta que de nuevo nuestras risas llenaron el salón, esta vez no nos llamaron la atención, de una vez nos sacaron de la clase. Ya los profesores y personal general sabían que nosotras causábamos problemas y eso que no llevábamos ni un mes ahí, pero no era intencional. Para las clases siguientes ya no podíamos sentarnos juntas.
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